jueves, 12 de diciembre de 2013

FIN DU SÉJOUR

Ya se va acercando el fin de mi estancia en Benín y tengo sentimientos encontrados. Por una parte tengo muchísimas ganas de volver, de ver a mi familia, lo primero, de comer bien, lo segundo, y de sentirme limpia (aquí en cuanto te duchas te ensucias con la tierra, o si empiezas a sudar enseguida cuando empieza el calor…). Pero por otra parte voy a echar tantísimo de menos esto, a la gente, a los niños que corretean todo el día, a mis chicas de Sirarou, el sol, el contacto con la tierra, el vivir con lo mínimo, (necesitamos tan poco para vivir pero nos creamos tantas necesidades en nuestros países),… en Sirarou he vivido casi todo el año sin electricidad, sin agua corriente, sin internet, mirando el cielo a las noches, no os imagináis lo bonito que está, con millones de estrellas, un cielo claro, y cuando ilumina la luna es como si alguien hubiera encendido la luz ahí arriba porque no hacen falta linternas…. Me he dado cuenta de lo importante que es la tierra, las consecuencias del cambio climático aquí son devastadoras, este año no ha habido mucha lluvia durante la época de lluvias, lo que significa que los campesinos no han tenido unas grandes cosechas, y ello puede llevar a la hambruna. En nuestros países cuando hablamos de cambio climático vemos que este año hace más frío de lo habitual, o más calor, o que llueve demasiado o no lo suficiente, pero creo que no vemos realmente las consecuencias.
El sentido tan fuerte de la familia aquí, lo importantes que son los niños, aquí los niños no son una carga, sino una bendición, una alegría,… el cariño con que una mamá trata a su bebé, la libertad de los niños de poder salir solos a la calle y jugar, los saludos (aunque en un principio me parecía gracioso y pesado, ahora me gusta)… y de tantas otras cosas…
De las cosas que no voy a echar de menos no voy a hablar, quedémonos sólo con lo bueno.
En el centro de formación de Sirarou se queda este año una americana que trabaja para Peace Corps. Se llama Jessica. Yo no conocía Peace Corps hasta que vine aquí, es una agencia estatal americana de cooperación que envía a “voluntarios” a trabajar por todo el mundo, durante un período mínimo de dos años. El caso es que la Fundación pidió una voluntaria y se la concedieron, así que ha empezado a trabajar con nosotros desde el 15 de septiembre, por dos o tres años. Su labor consiste principalmente en hacer que el centro de Sirarou sea autosuficiente. Aquí os mando su blog (en inglés) por si a alguien le interesa seguir sus pasos:

El 22 de diciembre sale mi vuelo para España, llegaré justo para las navidades…. El choque de temperatura va a ser impresionante! Que no me pase nada! 

Un beso a tod@s y hasta pronto!