Hola de nuevo,
Después de estos meses de silencio vuelvo a la carrera. Regresé
a Benin a finales de enero. El shock de temperatura fue increíble. Pasé
de los -3 grados y nieve en París a 30 en cotonú!
Los primeros días me dediqué a renovar mi visado en Cotonú,
después de dar unas cuantas vueltas, y al borde de las lágrimas, llamé al
cónsul de España en Benin que dio la casualidad que estaba en el país, porque
siempre está viajando. Es un libanés por lo visto, que no habla español. Bueno,
el caso es que me envió con su secretario a inmigración y listo! En 24hrs ya tenía
mi visado! Increíble! Todo un milagro!
Ya de vuelta en
Parakou las preguntas de rigor… Y los de allí, qué tal van? (eso va por los
españoles), y tu familia? Y tu mama? Y tu papa? Has pasado unas buenas fiestas?….
Y ya de vuelta al trabajo. Este año voy a estar en Sirarou, un pueblecito a
unos 30 km de Prakou, en el centro de formación de mujeres de la
Fundación. Se supone que me voy para
allá en marzo, no sé bien la fecha exacta, y mientras tanto estoy en la escuela
con mis niños. Les he enseñado una canción en inglés, que si puedo la cuelgo.
Esta semana tuvimos una formación con los profesores/as de
la escuela y en una de las pausas empezaron a hablar de las cosas
extraordinarias y misteriosas que pasan en Africa. Y se me ha ocurrido que en
esta entrada os podía hablar de algunas de las cosas que me contaron porque me
parece increíble.
Empezaron con que una noche un hombre recogió a una mujer en
un 4x4 y se la llevó a una habitación. A la mañana siguiente la mujer vio cómo
el hombre con el que había pasado la noche se convertía en serpiente y empezó a
gritar. La mujer murió. Cuando yo pregunté que cómo sabían que el hombre se
había convertido en serpiente cuando la mujer ya estaba muerta y no podía contarlo
me dijeron que porque oyeron sus gritos. Y yo pregunté, y no pudo ser que el
hombre justo había salido de la habitación y que una serpiente estaba ya o se
había colado en la habitación? Me dijeron que no, porque la habitación estaba
en un tercer piso (y las serpientes no pueden subir hasta un tercero me
pregunto yo?).
Otra de las historias es que te pueden matar con una llamada
de teléfono. Por lo visto varias personas han muerto al responder a una llamada
anónima en sus teléfonos. Prueba de ello, la mamá de uno de los niños de la
escuela, a ella le habían hablado de este fenómeno pero no se lo creía. Por lo
visto, de camino a la iglesia, respondió a una llamada de estas, y enseguida se
empezó a poner malísima. Creo que el cura la salvó al llegar a la iglesia, no
sé muy bien cómo, así que ésta no se ha muerto.
Esta historia es para los hombres. Por lo visto hay alguna
mujer por ahí que hace que su sexo desaparezca al darles la mano. Simplemente
con estrecharles la mano, su sexo desaparece. Otro de los profesores decía que
no desaparece, sino que se hace muy muy pequeñito. En fin, cuidado a quién le
dais la mano!
Otra historia que me contaron, y esta de primera mano: es
una mujer que estaba de alquiler en una casa y ella se dedicaba a hacer pan. Construyó
un horno tradicional (de barro), y el negocio le iba muy bien. Por lo visto la
casera estaba celosa de lo bien que le iba el negocio, y la madre de la casera
también. El caso es que un día empezó a tener problemas con la masa de pan, que
no subía. Y así, un día tras otro. Hasta que su perro descubrió algo que habían
enterrado en la parte de atrás del horno. La mujer nos contaba que había sido
la madre de la casera, que le había hecho algo de magia negra para que no le
subiera la masa. La mujer se fue de la casa.
Las historias son muchas y muy increíbles. La gente en
general tiene miedo los unos de los otros. Si te va bien en los negocios ten
cuidado porque igual alguien va a envenenarte o a hacerte algo de magia negra…
El otro día hablando con unas monjas que llevan mucho tiempo aquí me decían que
en Benin hay 11 tipos diferentes de veneno, depende de lo que hayas hecho te
pueden hacer morir de repente, o despacio. Siempre te dicen cuidado con lo que
comes o bebes por ahí, porque nunca se sabe… Me contaron el caso de una monja
que murió víctima de uno de estos venenos, por haber echado a una empleada.
Después de haberla echado quiso ir a su casa para ver cómo estaba, y a pesar de
que le advirtieron de que no comiera ni bebiera nada, ella no hizo caso, y
murió.
Por lo visto estas creencias están muy expandidas en todo el África negra. Me parece difícil vivir en estas condiciones, con este miedo constante, pero me imagino que te acostumbras a ello. Dicen que a los blancos no nos afecta porque no creemos en ello. Seguiré sin creer en hombres que se convierten en serpientes, aunque siempre con mucho respeto a estos temas!